viernes, 15 de marzo de 2013

¡Ay!






     El grisáceo de tus ojos
     que me mira desde lejos
     ¡Ay! tu pelo liso y suelto
     que me mata el no tenerlo.

     Ni sentirlo, ni tocarlo
     ni frotarlo entre mis dedos,
     al igual que esas pupilas
     que cautivan mis sentidos
     entrecortan mis suspiros
     y aceleran mis latidos.

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