domingo, 7 de abril de 2013

El vino de mis labios.




Como un trago de vino vienes
posándote en mis labios.
Entras en mi boca, sin dudarlo,
recorriendo todo el espacio
con un movimiento sutil y apresurado.
Solo unos segundos vives,
solo unos segundos dura el honesto sabor de tu aroma.

Voy a relamidas secas y calientes
cuando tú ya estás bajando,
lentamente,
quemando a cada paso, a cada gota,
dejando siempre un rastro.

Un sabor a terciopelo ajado,
desazón que solo podría aliviar
otro trago.

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