No hay nada aquí.
Soy un hueco, un hueco lleno de aire translúcido y sereno,
puro e inocente, soy
aire virgen
del que todos quieren respirar,
tan solo aire vacuo que suplica
existencia
más allá de los pulmones.
Tan solo podría ser
certera en otros ojos
que conquisten al balcón de mi mirada
y vean al mundo
todo allá afuera.
Quiero sentido en el
tiempo,
quiero sentirme en el espacio.
Todo tan
inconfesable porque si no
la mano ciega de la ayuda decorosa en mi busca.
Todo tan oculto
para
que si alguien arriba
no sea sudoroso y laureado.
Que no perciban que
eres cóncava, que si no querrán completarte.
Que no intuyan el
eco de tu voz, que querrán si no voces nuevas.
Que no sepan que no
pueden hacerme daño porque entonces
la carrera infinita entre la duda del
comprendo no-comprendo, y sus dedos me mirarán
prejuiciosos, y sus labios
gritando groserías de frío
me sacudirán los sesos.
¡Ay! como sepan que
estas lágrimas enfrascadas son
sólo y solamente fruto de mis fracasos.
No pueden prender el
hueco,
nadie podrá nunca prenderle fuego a este hueco de mi costado.
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