martes, 14 de octubre de 2014

No hay nada aquí

No hay nada aquí. 
Soy un hueco, un hueco lleno de aire translúcido y sereno, 
puro e inocente, soy aire virgen 
del que todos quieren respirar, 
tan solo aire vacuo que suplica existencia 
más allá de los pulmones.
Tan solo podría ser certera en otros ojos 
que conquisten al balcón de mi mirada 
y vean al mundo todo allá afuera.
Quiero sentido en el tiempo, 
quiero sentirme en el espacio.
Todo tan inconfesable porque si no 
la mano ciega de la ayuda decorosa en mi busca.
Todo tan oculto 
para que si alguien arriba 
no sea sudoroso y laureado.
Que no perciban que eres cóncava, que si no querrán completarte.
Que no intuyan el eco de tu voz, que querrán si no voces nuevas.
Que no sepan que no pueden hacerme daño porque entonces 
la carrera infinita entre la duda del comprendo no-comprendo, y sus dedos me mirarán 
prejuiciosos, y sus labios gritando groserías de frío 
me sacudirán los sesos.

¡Ay! como sepan que estas lágrimas enfrascadas son 
sólo y solamente fruto de mis fracasos.

No pueden prender el hueco, 
nadie podrá nunca prenderle fuego a este hueco de mi costado.

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